Sinopsis:
¡Que viva la música! Es una novela de
iniciación. Es la invitación a una fiesta sin sosiego, donde su protagonista
dejará que el mundo baje hasta el pozo sin fondo de sus propios excesos. Pero
con felicidad. Hay un pacto secreto con la muerte en esta danza de María del
Carmen Huerta, la rubia protagonista de estas páginas que, sin importar que
proceda de una familia acomodada, se entrega por completo a la música y la
decadencia.
Pero es la muerte dulce de las celebraciones: el paisaje, los afectos, la
noche, la niñez que huye, la adolescencia triunfal, el rock and roll, los
Rolling Stones, la salsa, Ricardo Ray, Bobby Cruz, las drogas, Cali (o Kali,
según la ortografía de la narradora).
Es, así mismo, una iniciación al descubrimiento de una ciudad colombiana
(única, mágica e irrepetible), que comienza por el cielo del Norte, con su
Avenida Sexta, su parque Versalles y sus parajes mágicos, hasta llegar al
infierno del Sur con su caseta Panamericana, su río Pance, sus barrios más allá
de Miraflores, su cordillera de los Andes a la day los refugios de la salsa y
el sexo en los límites finales de la calle quince.
Opinión:
“-(…) tradúceme al oído.
Eres mi intérprete.
-
¿para
siempre?
-
No, lo
siento, sería injusto prometerte tanto. Solo por esta noche, pero si me conoces
sabrás que mis noches son largas”
Este libro lo había leído cuando
estaba en octavo, hace aproximadamente 9 años, recuerdo que cuando lo leí me
había gustado muchísimo, lo sentía cercano, me familiarizaba con los temas y
realmente me parecía el top de los libros. Cuando anunciaron el estreno de la
película hace 6 meses si no estoy mal, me pareció que era hora de volver a
leerlo, dure 3 meses leyendo este libro de 190 páginas. ¿Qué sucedió? 1. No lo
entendí con la facilidad que lo hice hace algunos años (lo sé por las
anotaciones que tiene el libro), la persona rebelde que lo leyó en octavo no es
la misma persona desempleada que lo leyó ahorita y 2. La protagonista me parecía
pretenciosa y exagerada entonces me cansaba de leerlo.
Antes me parecía una loca y
genial idea tomarse la vida como lo hacía María del Carmen, despreocupada,
ligera, gozando, tomando, bailando y sin rumbo. Hoy (no soy tan seria, ni tan
vieja) me parece que es excesivo, que la vida requiere un poco más y que si
bien todos tenemos un poco de María del Carmen algunos tomamos otros caminos.
Pero bueno digamos que eso es sentimentalmente hablando (lo que se extrae de la
historia) volviendo a lo que es el libro, puedo decir que es algo complejo de
leer por el lenguaje que se maneja, a veces muy caleño, a veces muy para melómanos
y resulta fácil perderse.
“Hay que gozar de la vida ahora que somos jóvenes y tenemos tiempo, ya después
vamos a morir: es la ley de la existencia y nadie la cambiara”
Es un buen libro, no voy a decir
que me encanta, pero si le rescato muchas cosas, es una muestra de cómo cambio
la ciudad de Cali, de cómo influenció la música (el rock y la salsa) en la
sociedad, de cómo los jóvenes van cambiando acorde a las épocas, pero
principalmente es una mezcla psicodélica de sonidos, colores, personas, rumbas
y excesos. A veces puedes sentir como el libro te absorbe y te transporta a
esos lugares decadentes, la manera en que narran muchos acontecimientos te hace
sentir presente en ellos, pero algunas veces también puedes aburrirte de ellos
y no querer seguir leyendo.
Me paso algo curioso y es que
este libro te hace sentir un poco vivo y un poco muerto a la vez, esa delgada línea
que te hace querer y no querer, hacer o no hacer. Es una cosa loca que se da
cuando se lee pero es difícil de explicar, posiblemente estén diciendo “vieja
loca”, pero de pronto alguno entenderá y se identificara conmigo y con María
del Carmen en algunos momentos y tal vez también odiaran…
“olvídate de que podrás alcanzar alguna vez lo que llaman “normalidad
sexual”, ni esperes que el amor te traiga paz. El sexo es el acto de las
tinieblas y el enamoramiento la reunión de los tormentos”